La tarea más importante que asume una misión diplomática es velar por la seguridad y el bienestar de los ciudadanos de su país que viven en el extranjero, su diáspora.
La Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas de 1961 ha sido firmada por 189 naciones. Se define como:
“Las funciones de una misión diplomática consisten, entre otras cosas, en representar al Estado que envía en el Estado receptor; proteger en el Estado receptor los intereses del Estado que envía y de sus nacionales, dentro de los límites permitidos por el derecho internacional; negociar con el gobierno del Estado receptor; determinar por todos los medios legales las condiciones y desarrollos en el Estado receptor e informar al respecto al Gobierno del Estado que envía; promoviendo relaciones amistosas entre el Estado que envía y el Estado receptor, y desarrollando sus relaciones económicas, culturales y científicas ".
Las misiones residentes son embajadas. Las embajadas están dirigidas por un embajador y son la oficina principal de los representantes diplomáticos de un país en otro país. Suelen estar en la capital del país receptor. Sin embargo, los consulados son misiones diplomáticas más pequeñas que se encuentran en las principales ciudades.